viernes, 13 de agosto de 2010

ENTREVISTA A DIEGO MARTÍN


--“Melicia” es el nombre del último disco del cantante Diego Martín. Es un juego de palabras combinando los dos lugares de su vida, Murcia y Melilla. Hemos hablado con Diego sobre este trabajo, el estado de la música actual y su futuro inmediato.

--¿Qué encuentras en “Melicia”, ese paraíso creado por ti en el que las musas te visitaron para hacer este disco? ¿Qué hay en “Melicia” que te sienta tan bien? Pues sobre todo calma y tranquilidad. Es un sitio al que me voy cuando estoy un poquito agobiado y quiero estar relajado. Cuando quiero componer, me alejo de todo. Yo me imagino un mundo real, un mundo que existe, porque son lugares de Melilla y Murcia donde he sido feliz. Por ejemplo, me voy a casa de mi abuela en Melilla, donde te sientas a pensar y estás tranquilo. También me relaja acordarme de mis amigos de la infancia.

--La mitad de “Melicia” es Murcia, tu tierra natal, ciudad de la que habéis salido grandes artistas como M-Clan, Maldita Nerea, tú... ¿Es fácil darse a conocer allí, cómo fueron tus inicios? Bueno, fácil no hay nada. Esta profesión no es fácil. Ahora, desgraciadamente, hay menos sitios para darse a conocer. La música está muy devaluada. No pagan. La gente se toma esto como un hobby. Hay veces que me preguntan personas que no me conocen: “Y tú, ¿qué haces?” “Yo soy cantante”. “Bueno, y aparte de eso, ¿qué?” Es difícil tocar, darse a conocer siempre es complicado. Pero yo creo que las cosas caen por su propio peso y el que la sigue la consigue. Aunque fácil no ha sido. En Murcia hay 3 ó 4 locales. Lo que pasa es que si no te pagan, no quieres tocar. Yo ya no tengo problemas, pero hay muchos chavales que empiezan que tampoco se venden por dos duros.

--¿Por qué pasaron tres años desde “Puntos Suspensivos”, tu anterior álbum, hasta “Melicia”? Hubo un cambio de management, y lógicamente eso lleva sus papeleos y no pude componer. Esto tardó 6 ó 7 meses y ése fue el tiempo que perdí. Luego pasa el tiempo que tiene que pasar, más o menos un año de composición para que todo esté bien. Y hasta que yo no creí que había un repertorio en condiciones, no quise grabar. Gracias a Dios, la discográfica me respeta en ese aspecto. Pero al final la recompensa está siendo grande.

--Éste es tu 3º disco, el que supone la consolidación de un artista o lo contrario. ¿Tú te lo planteaste como una prueba de fuego donde tenías que darlo todo? No. Aunque es verdad, no creo que los artistas piensen en eso. Yo me puse a componer como siempre, sólo que con mucha más sapiencia que anteriormente. Todo el mundo habla muy bien de este disco, pero no es que me haya salido así porque me haya puesto a componer a conciencia, porque era el 3º disco, porque me la jugaba. No, simplemente tengo más sapiencia musical, más vocabulario… En definitiva, más experiencia. Sé por dónde tengo que tirar más o menos para llegar al corazón de alguien. Y, normalmente, un disco que haces nuevo siempre es mejor que el anterior. Pero no creo que sea por eso. Yo no he sentido esa presión, ni me la ha puesto la discográfica, ni nadie. Ha sido algo natural.

--Las críticas y la acogida de la gente han sido muy buenas. Sí, la verdad es que sí. Alguna vez de verdad pienso que se están quedando conmigo, porque oigo cosas como: “¡qué discazo!”. Además lo dicen muy efusivamente. Hay gente que me comenta que debo creérmelo un poquito más.

--Tú eres un currante de la música. Tienes una página en Facebook donde animas a la gente a que vote tu single en la radio, haces chats con los fans, utilizas las nuevas tecnologías para promocionarte... Este negocio está cambiando mucho, ¿no?. Ahora es el artista el que tiene que tirar del carro. La verdad es que sí, pero yo se lo agradezco a los fans, porque me pongo a hablar con ellos y verlos tan emocionados con mis canciones y con el cariño que me dan, me sube la autoestima. Y luego, es que es mi trabajo, igual que el que se levanta a trabajar y está todo el día picando la pared. Pues éste es el mío. Mi trabajo no consiste sólo en subir y cantar, sino de todo un poco. A mí me gusta todo esto.

--Pero antes no era lo habitual… No, y no es lo habitual. Pero yo lo agradezco muchísimo. Cuando era público, aunque sigo siéndolo, pero cuando no hacía canciones, que era simplemente un fan de Roxette o de cualquier otro, pues me hubiera encantado que Marie Frediksson me hubiera escrito una carta. Entonces, sé lo que significa para ellos y te sienta bien a ti. Es gratificante.

--En este disco has cuidado mucho los detalles. Es como realizar un viaje visual, no sólo musical. Hay mucho trabajo de fotografía, el diseño de la página web va acorde con el disco… ¿Es una manera de evitar el pirateo? No, yo ni compongo ni hago nada por lo que pueda pasar después o por el pirateo. Es decir, hago mi trabajo, y luego lo demás… Lo que quiero es quedarme a gusto con lo que hago, no por lo que pueda venir después. No quería un disco con 11 canciones, sueltas, ahí, venga, paf. No, quería una obra. Y por eso me preocupaba que todo tuviera algo que ver, que tuviera una condición. El videoclip, con el escrito que hice en el álbum, con las canciones... Quería una obra, no sacar un disco y ya está.

--También hay una gran labor de producción. Quizás la diferencia con los otros discos sea que en éste has contado con el productor Bob Benozzo para darle un sentido compacto a las canciones. Sí, Bob Benozzo es mi ídolo. Y ahora que estoy aprendiendo cosillas, entiendo mejor el trabajo que ha hecho, es alucinante. Yo, si Dios quiere y va todo bien, volveré a trabajar con él porque sabe leerte. Sabe entrar en ti y entender lo que quieres. Por ejemplo, en “Piruetas en el Firmamento”. Es una canción que yo le dije que quería tipo Walt Disney, porque la canto con niños y es muy, muy tierna, y lo hizo a la primera, no tuve que decirle nada. Le quiero mucho.

--¿Eso es lo difícil, no? Que entiendan lo que tú quieres transmitir… Claro, exactamente. Por hablar un poco de la producción, con los otros discos la batería se grababa con 8 micros y en éste se hace con 20. Ahí empiezo a darme cuenta de que es distinto, que está muy trabajado, muy cuidado. Los vientos y las cuerdas son reales... No tiene nada que ver con lo anterior. Estoy muy orgulloso.

--El disco es muy variado, porque hay baladas como “Aires vestidos de antojo”, “Cuando me olvido”, “Deja una parte”…, que se compensan con otras con más fuerza: “Se busca”, “Pirata en el Olvido”… Ahí es donde entramos en el porqué he tardado tanto tiempo: porque quería un disco redondo. Me he calentado muchísimo la cabeza con este disco y había muchos más temas, pero quería que tuviera un poquito de todo. Lo he trabajado mucho, sí.

--Y de nuevo un dueto, esta vez con Malú, “Haces Llover”, tras el famoso “Déjame Verte”. Hiciste otro con Sergio Contreras. ¿Te gusta colaborar con otros artistas? Bueno, “Déjame Verte” es puro marketing, porque fue por echarme un cable a mí, con Raquel del Rosario. Fue genial y estoy encantado y muy agradecido a que se prestara. Lo de Malú ha sido porque ya había compuesto un tema para su disco. Cuando terminé “Haces Llover”, quería dársela. Pero también me gustaba a mí mucho. Y pensé: pues voy a proponerle hacer un dueto. Se la mandé y le encantó. Sergio Contreras quiso contar conmigo, y, bueno, que me llamen es un halago. Con Iguana Tango he hecho otro también. Yo como Willie Fog, si me llaman, voy.

--Dices que has leído mucho y te consideras mejor compositor que antes. ¿Cómo te quedas cuando se te acerca alguien y te dice: has expresado lo que yo no he sabido decir, pero es justo lo que yo siento? Eso te ocurrió con una amiga que te contó su historia y para la que compusiste “Si Vienes o Si Vas” ¿no? Sí, y la pobre se hinchó a llorar. Pero lloraba de alegría, porque estaba diciendo lo que ella no se atrevía a decir. Fue muy bonito. Pero es que, si te digo la verdad.. Por eso hay gente que me dice que debo creérmelo un poquito más. Porque no lo valoro. Es que como a mí me sale solo… No le doy tanta importancia como le pueda dar otro. Le doy las gracias a esa persona y ya está, y digo: bueno, pues para ti, quédatela, es tuya la canción. Supongo que con el tiempo sí que me daré cuenta de las cosas que he hecho. Pero ahora, como no me he parado a pensar, no lo valoro.

-- Si la gente se te acerca y te lo dice, será por algo… Sí, pero como este disco acaba de salir y ya estoy componiendo para el otro, pensando un título… no he tenido el punto de pararme a pensar. A veces sí digo en casa: cuando pase el tiempo y mire para atrás diré: qué trabajo más bueno he hecho. Ahora mismo no me he parado, no lo pienso.

--¿No tienes miedo justo a eso, a que la música se convierta en un trabajo rutinario: sacar un disco, promocionarlo, otro disco…? No, porque de momento creo que lo hago bien. No me impongo una hora de trabajo. Está siendo bonito escribir, para mí es algo vital. Si no escribiera, probablemente explotarían las cosas que llevo dentro. Porque no soy de contarle mis cosas a nadie, entonces es algo vital. Lo mismo estoy 3 meses escribiendo que 6 sin escribir. No tengo un horario. Está siendo muy llevadero, muy bonito, muy normal. Si fuera una rutina, no podría. A mí no me gusta que me impongan nada. Si me dijeran: tienes que estar 8 horas al día componiendo, entonces, seguramente, lo dejaría.

--Acabas de telonear a David Bisbal. ¿Cómo fueron esas actuaciones y cómo surgió la idea de tocar con él? A mí los comentarios que me están llegando son buenos, la gente queda muy contenta. Luego se refleja también en el Facebook, porque a lo mejor había unas 20 solicitudes a la semana de amistad, y desde que estoy haciendo los conciertos con él me llegan 30 al día. Así que, genial, a la gente le está gustando. Y la idea fue de la agencia de management, por cuestiones de marketing. Buscaban a alguien para abrir los conciertos y le preguntaron: ¿qué te parece Diego Martín? Y él me ha dicho que le encantó la idea y está muy contento de que sea yo.

--¿Habías preparado los conciertos para espacios multitudinarios o tu propuesta era más para locales pequeños, llenos de fans? ¿Qué formato prefieres? Nosotros cuando preparamos los conciertos, lo hacemos para el sitio donde nos llamen. Yo he hecho de todo desde que empecé: tanto para 7000 ó 6000 personas, como acústicos para salitas de 500-600. A mí me gusta estar en el escenario y me encantan las dos posibilidades: la de eléctrico y la de acústico. Lo que quiero es tocar.

--¿Este verano cómo se presenta, qué conciertos tienes? Bueno, la cosa está como está. Junio ha sido muy bonito, he tenido 8 ó 9, que tal y como están los tiempos, está bien. Julio voy a estar un poquito más descansado, tengo 4 nada más, como en agosto. En septiembre empieza a subir la cosa, estaré más ocupado. Este año yo creo que se van a hacer más en invierno. No yo, sino prácticamente todos, vamos a hacer teatros y salas.

--Y eso que el trabajo de los cantantes siempre ha sido en verano… Ahora seguramente vamos a trabajar más en invierno que en verano. Es una cuestión de cachés. Un Ayuntamiento no puede pagar 20.000 euros por nadie. Y tú no puedes ir a tocar eléctrico, con banda, por 10.000. Tendrías que ir en acústico. Por eso creo que se va a trabajar más en invierno. Pero bueno, ¡ya está bien! En invierno, con 6º, no puedo ir a la playa, llevo 5 años sin disfrutar nada. En invierno es mejor, simplemente tienes que cuidarte más la garganta porque hace más frío.

--¿Y en Castilla y León habrá alguno, podremos verte? No lo sé aún, lo iremos poniendo en la web, pero poco a poco. Porque tal y como está la cosa, que ponen un concierto y luego te lo suspenden… Hay gente que se saca los billetes para venir a vernos con un mes de antelación y resulta que después se cancela el concierto porque no pueden pagar. Entonces vamos poniendo sólo los que son seguros, y con 15 días de antelación nada más, para que no haya problemas.